Duro 14 días. Se fue tranquila, en paz, sin familia en el fondo de la sórdida habitación de hospital, pero acompañada por muchos
desconocidos que le amábamos en medio de su fugaz vida…
Ingreso con los estigmas propios
de su enfermedad, que claro, sin el tratamiento oportuno y adecuado, había consumido su juvenil
anatomía. Su belleza, que había sido una maldición y causante de su realidad, aun se hacia presente en su porte y su trato… claramente no encajaba
en medio del lugar donde residía…
Le calculábamos 25 años, pero muy seguramente la vida que llevo la avejento y tendría
menos, mucho menos...
Era alta, de grandes ojos gateados, pelo estaba rapado casi al ras pero insinuaba un castaño claro, vestida con ropa
que a leguas se apreciaba era no adecuada para su talla, aun dejaba ver su
silueta femenina entre aquellos caquécticos despojos...
Tenia unos modos de pedir y una forma de dar
gracias fuera de lo esperable para alguien de condición tan humilde, pero lo
que embelesaba era su amplia y sincera sonrisa,
que aun en su agonía, la muerte
no se atrevió a arrebatarle…
- - Me cuenta mi madrina que me encontraron
chiquita en un baldío mientras andaban en las "pepenas" y me llevaron con ellos, tendría 3 a 4 años…
y pues ya sabe, uno tiene que ganarse el pan, así que aparte de pedir en las calles y andar
juntando botes, mi madrina me prestaba a sus para que me “usaran” desde antes de que me pasara eso que les pasa
a las mujeres – y no pudo ocular la ruborizacion de tratar de esos temas… - y pues ya ve… dicen los
doctores que por eso me dio cáncer…
Muchos trataron de compadecerle,
pero ella tenía una entereza y aceptación de su enfermedad que estando en sus
últimos días, tenia animo de contar chistes y dar animo las otras enfermas de
la habitación… y se atrevió a pedirle un cachito de colorete a una de las
enfermeras, para verse decente cuando pasáramos visita…
Cuando le preguntaban por familia,
una sombra se cernía sobre ella y contestaba que no tenia a nadie (le confesaría a alguna enfermera que en
sueños se veía en una casa grande con un perro y una alberca y un señor que la
abrazaba y besaba mucho…)
-
Pero tengo
a mi novio, bueno vivimos juntos de hace 4 navidades y el me cuida y me atiende
y no deja que nadie me maltrate… es el grandote que viene, el que me trajo
flores de contrabando la otra vez y me lee los monitos del periódico, porque el
si fue a la escuela y yo no… no pudimos
encargar familia, ya estaría de Dios, luego imagínese, yo enferma así…
¿Qué haría el si hubiéramos encargado familia?
Solo una vez la vi llorar… confeso que tenia miedo de que la enterraran
en la fosa común, y que como su novio no podía verla a diario, cuando muriera
no supiera el donde llevarle una flor de vez en cuando…
Varias veces trabajo social la
quiso “externar” a que muriera en su “casa”… pues según no había nada que
hacerle mas…
-
¿Cuál casa? yo vivo en mi palacio de
cartón…y con este frio… estas mujeres quieren que me muera de una pulmonía… y soltaba aquella
carcajada inocente que irónicamente, hacia que todos también nos riéramos de la
situación…
En una complicidad no hablada,
los que nos involucramos en su caso (enfermería, residentes, y el externo
encargado de la sala) actuamos como un equipo, ya le inventábamos una fiebre o
un sangrado con tal de darle 24 Hrs más en el hospital… hasta que partió…
Sus últimas horas fueron
dolorosas, las metástasis habían invadido su cerebro y sus pulmones,
convulsiono y la respiración le era difícil, pero pidió que no la sedáramos ni
la entubáramos… en su agonía, a pesar de sus terribles dolores, nunca se quejo…
al final, deliro ligeramente, como quien conversa con alguien y señalaba a un
lugar en la esquina de la habitación…
Súbitamente su cuerpo se
estremeció, callo su brazo al costado de ella y emitió un suspiro, como de
alivio… y debió de ser así porque cuando la amortajamos, tenia aun esa sonrisa
que nos conquisto a todos…