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martes, 8 de enero de 2013

¿NORMAL?



Era una de esas tardes de 20 pacientes y la consulta fluía  como dios manda… cosas leves, banales, cosméticas, botox… un buen día de divas… ¿Qué podría bajarme de la nube donde estaba? Sin embargo, la tarde cambiaría de color al tratar a la paciente  que ahora les contare.
La asistente ya me había dado a entender que me iba a sorprender…
Ahora si doctor, para que desquite - Tomándose las licencias que las asistentes ya entradas en años se toman
No sea grosera, andele paseme al paciente - y me pregunte - ¿Qué puede pasar por esa puerta que no haya visto ya?  -  sonreí para mis adentros…
Con sus 120 kg, la adolescente no quiso sentarse en las   modernistas sillas del consultorio
Así estoy bien - se atrevió a decir… 
El motivo de consulta: cuello obscuro y caída de cabello
El habitus de la paciente era de libro: vello facial, severa falta de pelo, simpática y chapeada  cara de luna, obesidad central, jiba,  cuello, axilas y demás pliegues obscuros, como percudidos y de textura aterciopelada; bajo la blusa  asomaba un panículo adiposo exagerado surcado por estrías violáceas y un sin número de moretones en diferentes estadios en los brazos… (Colegas médicos ya hicieron diagnostico ¿vdd?)
Al interrogatorio refirió mucha sed y que iba al baño a orinar con frecuencia
 – Es bien miona y deja el baño oliendo a agrio, como a vinagre -  comento la madre, además  de referir que a partir de los 10 empezó a subir de peso, pero que  no comía mucho, que se cansaba muy fácil; que cuando hacia corajes le dolía la cabeza  y le sangraba la nariz  a cada rato y que por eso no le decían nada… Que era muy irritable y que no quería ir a la escuela porque se sentía fea… y que se preocupaba por todo, que era muy ansiosa…
-Y para colmo aun no es señorita Dr.… esta chiflada, nomás que le baje y todo se le arregla…eso me han dicho…
-¿Y que le han dicho los otros doctores, porque  la consultado antes de esto?
- Que es NORMAL… que así es ella… que come a escondidas y que por eso esta gorda, que quiere llamar la atención  y que  me extraña que este gorda, si en la familia todas estamos en “buenas carnes”… y nomas le mandas unan cremillas para el cuello y shampoos pero  nomás no veo resultados…  pero a mi me  me preocupa que se vaya a quedar pelona y que crean que no se baña…
- ¿Y usted que cree?  - le pregunte a la señora, intrigado de porque ante tan florido cuadro,  no hubieran  hecho algún estudio….
- Pues si dicen los doctores que es NORMAL, pues yo que se… además pues si ella quisiera no estaría así… y si es normal,  pos que le vamos a hacer…
-Y ahora anda diciendo que no ve…  por eso anda toda moreteada… comento la tía que las acompañaba
- Es que no veo a los lados - interrumpió la niña – pero no me cree… y yo digo que estoy enferma y me voy a morir bien pronto, pero los otros doctores dicen que no, que soy normal…  nadie me hace caso y yo ya me canse…

Tristemente, la escuela no nos hace humildes y si  ante cuadros tan evidentes, no somos capaces de reconocer lo normal de lo que no lo es, y de no tener idea de que tiene el paciente, no tener la capacidad de decir "no se" y referirlo a otro nivel ¿Qué será de los signos y síntomas sutiles?

 ... Asi, los pacientes pasan de consultorio en consultorio hasta que alguien le “atina” o definitivamente el paciente deja por la paz la búsqueda de su salud …"al cabo, es normal, y si lo dice el doctor, pues así debe de ser"

El diagnostico final fue Cushing. Tenía un adenoma hipofisario de 1cm diámetro… pero ya todos lo sabiamos... ¿vdd?

domingo, 2 de septiembre de 2012

Calladita se ve más bonita…


Sucede que  aveces, somos juez y parte cuando atendemos a nuestros congeneres, mas cuando son desvalidos o se encuentran indefensos, sobre todo en esas horas altas de la noche donde  lo mejor y lo peor de la naturaleza humana aflora ... y lo mas penoso que los espectadores no tenemos la valentia de detener el escarnio amedrentados por jerarquias o sedados por la rutina...

Cállese! No sea chillona, ¿apoco así lloraba cuando estaba con el fulanito?
- le indico la enfermera en la sala de partos a la jovencita que se contorsionaba de dolor ante las contracciones de su prematuro embarazo, justo cuando le canalizaba una vena en su púber brazo…
A esa edad debería de estar jugando con muñecas y preparando su quince años, no metiéndose con hombres 
- Comentaron entre si la circulante y la enfermera de piso; su comentario fue lo suficientemente fuerte para que se escuchara en la fría sala de expulsión; los presentes, algunos estudiantes y un residente, hicieron una pausa de silencio y la paciente gimoteo como una niña que hace puchero cuando pierde algo que sabe no va recuperar…
Yo quería mi vestido de quinceañera y mi fiesta… 
balbuceo la paciente mientras le lavaban la espalda para aplicarle la “raquea”
Pero mira donde terminaste
– le recrimino la solaz enfermera
No se puede andar en misa y tronando cuetes hijita, a tu edad… Seguia la enfermeda de mal modo haciendo lo propio de donde seria puncionada la  espalda de la mujercita, para  anestesiarla y  hacerle menos doloroso el trance.
Asi, desnuda ante los hojos de muchos desconocidos, hecha ovillo, la niña  dejaba caer sus lagrimas y alcanzo a balbucear, antes de que  la fria aguja de la raquia fuera torpemente aplicada por el anestesiologo en ciernes 
Es que yo no quería…  
-Apreto los ojos, los dientes y las manos reprimiendo su expresion de dolor, mientras la aguja penetraba una y otra vez entre sus vertebras.
- Sin voltear a ver, como quien  se mantiene su distancia al hacer algo que no quiere, pero debe hacer (debe ser molesto trabajar de noche y mas por mocosas que andan jugando a ser mujer...) la enfermera prosiguio su  sermon:
Si, así dicen todas ...
-  Los presentes se miraron unos a otros, siguiendo el desarrollo del dialogo enfermera-paciente, como quien presencia una  rutina histriónica :

Es que no sabe… el que iba de chambelán y un primo de él, me abusaron donde ensayábamos las coreografías… 
- La chiquilla interrumpió la frase con un quejido de dolor, al ser sorprendida por una contracción…
Yo no andaba de “wila”, yo quería mi fiesta de quince años…

(la historia sucedio hace muchos años,
 cuando estudiante, 
pero se de buena fuente 
que con frecuencia se repite.
 Mea culpa ...)

miércoles, 20 de junio de 2012

PARA TODO LO DEMÁS, EXISTE MASTERCARD…



- Ándele Dra., déjeme salir nomas un rato - Suplicaba el paciente internado en cuidados intensivos a la Dra. G., que lo tenia internado porque el  robusto hombre de unos 55 años, pelo entrecano, tez morena  y de un mirar sereno se había infartado días antes y aun no estaba en condiciones ni de deambular… - regreso ahorita, se casa mi hija, y como lo va a ser como se debe, si no le doy su bendición… ándele por favor, es a las 8:00, pa´ las 10:00 ya estoy d’regreso… ándele no sea malita… realmente, “daba cosa” oír la suplica del hombre…
A medida que pasaban las horas, la angustia el hombre aumenta y se reflejaba en sus parámetros vitales, refería dolor precordial, su pulso y frecuencia cardiaca aumentaban,  se sentía mareado, pero no cesaba en su suplica
- Mi hija se casa, por favor…déjeme salir, le juro que la entrego y regreso,  luego luego…
La Dra. sentencio: 
-Si no se está tranquilo lo voy a tener que sedar de nuevo,… se va a volver a infartar y  entonces si, ni ahorita ni después, así que ya estese tranquilo… lo que me pide no se puede… ¿me explique?  … yo se que para usted es importante…
-Si doctora, usted disculpe… 
El hombre, en su calidad de hombre de los de antes, no se permitió derramar las lagrimas que arribaron a sus ojos…
Pasaron algunas horas, la rutina en cuidados intensivos  seguía su habitual devenir… entraron y salieron como siempre lo hacen, sin pedir permiso, enfermeras, doctores, las chicas del aseo… todo lo que normalmente sucede, así que nadie noto cuando entraron…
-Dra. G. ¿el paciente de la cama 4 tenia interconsultas? 
La doctora levanto la cara de los manuscritos que redactaba y frunció el entrecejo… vio  junto a  la cama del paciente a tres personas (una mujer y dos hombres), pulcramente vestidas de pitufo y bata, llamándole la atención que el paciente sonreía como cuando un niño  es obsequiado de algo muy deseado… las miradas de la doctora y el paciente se cruzaron, por lo que la Dra. intrigada y sin mediar palabra con su personal, se levanto  de su silla y se dirigió al cubículo… y alcanzo a escuchar: entonces ámense y cuídense como buenos cristianos, les doy mi permiso y mi bendición – mientras hacia la señal de la cruz sobre ellos, los jovenes estaban tomados de la mano…
Los jóvenes se incorporaron al entrar la doctora en el cubículo: 
-Mire Dra.!! Es mi’ija y su esposo, bueno ya meros, vinieron por su bendición ¿Cómo no voy a querer a una hija y aun yerno así…que me dieron mi lugar?  - en esta ocasión, el hombre no pudo contener las lagrimas… papa no llore!! -exclamo la hija, mientras lo abrazaba, su maquillaje se  corría por las  espontaneas lagrimas…
El otro hombre, dejaba ver bajo el “pitufo” un cuello  “Mao”, blanco con negro, como los que usan los sacerdotes católicos al oficiar misa… 
-Dra. Usted disculpe, pero hay ocasiones que es mejor pedir perdón que pedir permiso… le interpelo,  al interceptarla en el dintel  del cubículo…
-Sí, pero váyanse ya, porque  pueden meterse en problemas… hay señor mío!!  Me va sacar canas verdes!  El hombre enjugo sus lágrimas y casi soltó una carcajada, la Dra. regreso a su escritorio,  y a sus espaldas los presentes se despedían y a si como entraron, se esfumaron de la sala…
- Entonces Dra., ¿llamó a seguridad? – pregunto la enfermera que había observado todo - porque  se me hicieron sospechosas esas personas… ¿eh? ¿Qué le dijeron? ¿De donde eran?... Porque la muchacha se me hiso conocida, no es la…
-Esos doctores  tenían  un permiso especial… la interrumpió la Dra. Sin querer dar más explicaciones…
-¿De dirección, Dra.? Insistió la  ceñuda mujer…
-No, del de mero  “arriba” - respondió la Dra. sin apartar la vista de las hojas  que momentos antes había  dejado de llenar… -Póngase a chambear y  ya no ande de intrigosa – le ordeno sin voltearla ver - 
-Ah, no, pos,… si es así,  ok, con los  de la secretaria o del sindicato no hay que meterse… observo la mujer, mientras se disponía a realizar su ronda…

lunes, 20 de febrero de 2012

La vieja guardia ...

Una aliada invisible


Las enfermeras de la vieja guardia siempre inspiran respeto por su mirada adusta y trato duro, casi siempre son vistas como las malas del cuento poruqe a fin de cuentas son las encargads de la sala y padecen tanto al paciente, a los fmliares y tembien al medico (¿que no?),... pero si se les da su lugar, son fieles cancerberos de los intereses del médico, y si tiene uno suerte, puede aprender en 5 minutos más de ellas, que de un semestre enclaustrado leyendo a la Fisiología de Guyton…
Uno de esos días, donde las horas no pasan, de esos charcosos y sin expectativas de que mejore, estaba el grupo de médicos de piso, recién llegados a iniciar su residencia, realizando sus tareas de recolección e integración de datos, era probablemente primavera pero parecia canícula, por el calor y el sudor que cubría al ambiente… para colmo, se le ocurre a uno de los pacientes caer en paro…
- Carro rojo… fulanito, vía aérea,… menganito, masaje,… xilo, bikasodio… 1001, 1002, 1003,… todos fuera… 160 Jules descargados al pecho del paciente, lo convulsionaron, pero no arreglaron el deforme trazo cardiaco… La conmoción y adrenalina reinaban, pero todo marchaba como reloj, todos los residentes como una maquina recién aceitada, cada uno en su función…
- 1001, 1002, 1003,…
De pronto, se hizo una pausa apenas perceptible, una fracción de segundo, pero la mayoría la sentimos… incluso algunos percibimos una fría briza que rozo nuestras mejillas, enfriando nuestra conciencia y sudor… fue un instante pero pareció una eternidad, como un flashback de un sueño…todos reaccionaron y se disponían a seguir dando maniobras…
En ese momento se estaba tomando un trazo de EKG… el otrora irregular, ahora resultaba plano… - Listo, hora de defunción 5: 23… asevero la jefa de enfermeras...
Nadie se atrevió a chistar, aunque algunos de los nuevos nos cuestionamos porque la seguridad de detener las maniobras… inquirí a la jefa con los ojos. Ella percibió mi inquietud y discretamente me dijo: luego… solo no olvide todo lo que paso… no es el momento
Horas después, en la estación de enfermería, coincidí con la jefa… se me adelanto y me pregunto
¿Se extraño de los eventos de la tarde, verdad…?
- Si - conteste titubeante - Pero… -y antes de soltar la pregunta inquirió:
-¿Percibió la fracción de segundo donde todo se detuvo…? - … Si… -¿Sintió algo más? …bueno, si, … uuuuuhh, una brisa fría, casi surreal…
-¿Qué fue lo que paso, doctor? - … no se… por favor dígame… - Es la hermana muerte, que entro a la habitación - asevero… - no le tenga miedo, aprenda a identificarla y sobre todo, respétela, que ella lo respetara; cuando ella entra y usted la perciba, es hora de detenerse… no me crea, pero se lo digo para que no se dé por no informado

Así, conocí a dos grandes aliadas, la JEFA DE ENFERMERAS y a LA MUERTE. Ambas, se ganaron a pulso todo mi respeto ... y si algo aprendí en el trascurso de los días, es a dejarlas trabajar sin entrometerme en sus cosas