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domingo, 17 de febrero de 2013

Cuidar los centavos…


Llego aquel día a la consulta una distinguida y madura mujer, y al acto la reconocimos: ademas de esposa de galeno, su porte y donaire dominaban cualquier sitio donde su persona hacia presencia… 

Qué pena, un problema banal, mire usted… - se descubrió los pies, sacándose los zapatos Adolfo Dominguez, de esos que solo salen en las revistas de pasarela... – ya  he llevado tratamiento y no veo mejoría

No se preocupe -  la interpelamos – usara  x producto por "x" tiempo y la veo a revisión en 45 días… 

Después de las preguntas de cortesía de "¿cómo está el doctor?" y demás charla banal mientras se le llenaba el expediente y la prescripción,   se le extendió la receta y el  ticket para la  recepcionista, habiendo marcado el CORTESÍA FAMILIAR MEDICO, y le pedimos lo entregara a la señorita de la recepción.

Pero la mujer, sin mediar modales, con cara de sorprendida al ver que le entregaba un “ticket” pregunto:
-   ah… ¿es lo de tus honorarios?
-   Si señora, solo se lo da a la recepcionista y es todo por el momento.
Con un gesto de disgusto, lo arrebato de mis manos, se paro y sin despedirse salió de el área de consulta para dirigirse  a la recepción, sin siquiera ver lo escrito en el ticket…

Momentos después, entro la recepcionista y me comento:
Dr. la señora está muy grosera, me aventó un billete de mil pesos y el ticket; me pide factura pero que es “cliente de convenio” que le haga el descuento de lo que le voy a cobrar… pero es familiar de doctor, según usted marco en el ticket,…  y concluyo diciendo: y a ellos no les cobramos nada ¿vdd?

En vista de la actitud de la mujer  de ni siquiera revisar el ticket, le dije a la asistente: pues cóbrele…

La paciente no volvió, se de buena fuente que fue con otro médico y que le recetaron lo mismo…  pero me queda claro que ejercen el feo deporte extremo de “cuidar los centavos”, ya que regatean  hasta cuando les están dando la cortesía… (que me doy cuenta la dan por sentada, aunque afuera no se merescamos ni un saludo de su persona)

Lastima de porte, en cosas tan pequeñas muestran su naturaleza…

domingo, 10 de febrero de 2013

Ya tengo el poder!!! ...Pues pasa tantito para andar igual...!


Envoltorio verde…
En una de esas guardias de urgencias, donde cualquier cosa puede entrar por el dintel, se escucho fuera de la rampa que accedía a el área de triage, un rechinido de llantas y acto seguido  entro un tipo casi arrastrándose a gatas, desangrándose por un costado resultado un machetazo, a razón de pleito de territorios por narcomenudeo. 
El individuo de no más de 17 a 18 años, delgado y vestido a la usanza “colombian style” se revolvía como gusano y era difícil controlarlo, por lo que lo tuvieron que sujetar entre varios para desvestirlo y ponerlo en condiciones de revisarlo y pasarlo a quirófano.
La enfermería  que se avoco a prepararlo al desvestirle y  quitarle  unas botas vaqueras, en un escondrijo dentro de la misma, encontró un envoltorio de plástico,  y disimuladamente lo escondió en su “cangurera”…
El recién llegado R1 que  observo la maniobra le comento a su compañero residente:
- We, mengana  se clavo un envoltorio que traía el paciente en las botas… ¿viste?
- Oh,   tas imaginando cosas... si ella es bien buena onda… no creo… además ¿Qué pudiera ser? Nel… ´tas viendo cosas, ya andas cansado de las guardias… le sentencio el compañero, mientras ambos procedían a pasar revista de los pacientes
- Como quiera le voy a decir a  “x” que que pex con eso…
En la primero oportunidad que el encargado medico de la guardia  se desocupo, se acerco el R1 y le comento
- Oye x, fíjate que…
El encargado al ver lo que se le avecinaba, atino a decir:
- No hagas pedo, we… - contestó el galeno sin quitar la vista de una biometria recién llegada
-Comentarios como ese te pueden causar problemas… no andes levantando falsos…aseveró
– Aquí en la institución no puedes denunciar a ningún colega… ¿no te lo han dicho?   Seguía revisando los estudios, cambiando rápidamente de hoja a hoja
- Es más, tu pórtate chido y te  arreglamos, nomas chiton… el bato se de de gracias de que le quites el problema… al rato llegan los “judíos” y le ponen una chinga si le encuentran eso…  pero ¿Cuál?… si este We no traía nada!!!… porque nada mas tu viste, ¿qué no?...   Y se retiro mientras seguía el residente parado en sus talones

Como en todo, no hay blanco o negro, hay escala de grises… 
Algunas veces,  algunos requieren un apoyito para resistir  la carga y tedio de las guardias, sobre todo a las 4 de la mañana,  
... y si te portas bien, te convidan.

domingo, 25 de marzo de 2012

Abuelita rock …



En este mundo, en que no cae resbala...

Durante las rotaciones extramuros en los centros de salud, no era infrecuente toparse con pacientes muy pintorescos, como esta senora que vieramos en la rotación extramuros, en aquel  frio febrero del 98... 
Entonces doctor, primero me pongo un pazon de coca o unas tachas… y ya que estoy arriba, me inyecto diazepam… nomas un chiris - explicaba detalladamente la veterana y bien vestida mujer, señalando como se inyectaba y mostraba las huellas en su brazo izquierdo, bien disimuladas bajo la manga de su blusa -  porque con los primeros me pongo en onda y luego, pos con el diazepam me quito lo agitada… y lo disfruto mas… así nadie se da cuenta que ando en onda… y no me pongo bien locota... si ya me paso….
Al entrar, nos inspiro ternura  – “una dolencia articular y una opresión en el corazón”… eran su motivo de consulta.  Afuera hacia tanto frio que calaba, vestía un hermoso abrigo de pieles, plateado como su pelo. Había permanecido en la sala de  espera, de pie, negándose a aceptar el  asiento que la asistente y luego la única  paciente que acudió ese dia, le ofreció…
- No, gracias, así estoy bien… se limitaba a decir, y en su tono de hablar, gentil pero cortante, marcaba la distancia entre ella y los simples mortales.
 Al entrar se quito histrionicamente  el abrigo, quedándose solo en un suéter de lana blanco y una falda de cachemir color camello, se veía bien cuidada, de buen gusto para vestir y que no pasaba hambres, traía algunas joyas,  pero no todas “porque una ya no puede andar con todas las alhajas, hay cada mariguano en la calle”… olía a White diamons, el perfume de Elizabeth Taylor, y su cabellera estaba perfectamente acomodada , definitivamente no pertenecia a esa colonia proletaria
Como ya no había nadie más en la sala de espera y había tiempo, nos conto de que estuvo estudiando en Chicago y Nueva York, que estuvo en Woodstock y anduvo de grupeé  de algún grupo,  que ni valía la pena recordar el nombre, que había sido bien marihuana y “le había dado rienda suelta a la hilacha” , que había probado de todo y que comoquiera había graduado  cum laude de filosofía universal y que la habían repatriado por asuntos con la ley, por unos amigos que tenia, que después nos contaba… pero que por eso tenía dinero, porque aun le mandaban algo de vez en cuando del otro lado… “gente muy inflúyete, pero no puedo decir nombres”...
Que estuvo Tlatelolco en el 68, que había sido maestra en la UNAM y que conocía a “toda la bola de huevones que ahora están en el gobierno”  -argumentaba: “puros burros, conseguían les arreglaran el Kardex por motivos políticos”… momentáneamente pareció quebrarse y continuo:
 “Si mataron muy buenos muchachos… lo mejor de México se quedo regado en la plaza y se hizo humo en el campo uno” decía con nostalgia y prosiguio… que a ella le gustaba andar en la punta del grito y que se había salvado porque  le dieron el pitazo… “y pues mejor me pele, si no, no le estaría contando esto”
También nos conto que se caso dos veces, que el primero lo dejo “por arrastrado” y el segundo no aguantaba  sus vicios “pero nomas me enmarihuanaba cuando estaba sola” “nunca delante de mis hijas;  es más, las tres que tengo son profesionistas, bien bonitas y tienen unas familias preciosas y me ven todos los días, así que no soy tan mala, eso si, no les gusta que salga sola, menos a comprar mis cosas… pero tampoco me las quieren traer”…
 Para ese momento ya habíamos 6 o 7 estudiantes atentos a su narración … después de interrogrla y explorarla entreverado de sus  anécdotas,  concluimos que presentaba una incipiente insuficiencia cardiaca y osteoartritis… le explicamos y formulamos  su receta… ella se veía feliz y prometía regresar para contarnos más… casi a punto de salir, giro sobre sus talones y le dijo al que hizo la receta:

-“como vez hijito, si me haces de una vez una recetita por unas dos o tres ampolletitas de diazepam… así no me arriesgo en la calle…”