Cuando las victorias son en el papel, son doble derrota.
Se cuenta que en la WWII en el frente ruso, los soviéticos bajaban de
los trenes a todo aquel que pudiera sostener un rifle (lo supiera usar o no); le daban un fusil, 5 balas y lo mandaban de carne de cañón al frente a combatir
a un bien entrenado y motivado ejército alemán; de esos jóvenes, la mayoría
adolescentes o jóvenes universitarios, solo algunos tendrían nociones de cómo
usar un arma, la mayoría nunca habrían apuntado a un ser humano y menos estaban
emocionalmente preparados para enfrentar la situación de combate bajo un frio
implacable, y a pesar de eso (muy al estilo de Pancho Villa) al que reculaba, lo
ametrallaba un veterano de su mismo bando.
Antes de empujarlos a la batalla,
se les aleccionaba de lo heroico de sus acciones y del sacrificio por la
patria, de las recompensas y honores que recibirían y de que como ciudadanos, eran
lo mejor de su nación… podremos imaginar la masacre y lo dantesco de ver
jóvenes asustados con armas que no servían o no sabían usar, avanzado entre
cuerpos destrozados de camaradas, que al igual que ellos, fueron enviados con
muy poca preparación militar, ningún apoyo logístico y cero equipamiento,
muchos camaradas que fueron dejados morir desangrados, de frio o de hambre y
quedaban destinados a salvarse con sus propios medios, ante la falsa promesa del
apoyo de los superiores y aun así, estos gallardos jóvenes (hombres y mujeres)
llegaban al frente y combatían a como podían…
Los oficiales reportaban las
grandes hazañas y victorias que se obtenían, pero no con datos verídicos ni
con el costo humano de ellas…
Con sus debidas proporciones, al
gremio de la salud (médicos, enfermas, odontólogos…) se nos manda en muchos de
los casos, al servicio social a
comunidades alejadas de la mano de dios, con escasos recursos logísticos,
económicos y técnicos, con casi nula preparación para las tareas que nos
asignan y deben ser realizadas, so pena de castigo administrativo… sin un
entrenamiento previo ni una instrucción supervisada, más que la que te dan el
día anterior a entregarte a tu unidad de salud...
SISPA, ficheros, metas, reportes…
armas que desconocíamos o no sabíamos usar…
Dejando de lado las habilidades
clínicas de cada involucrado, muchos
tuvieron su primer contacto con la realidad de la práctica médica hasta estar
en el servicio social: lidiar con administrativos, veteranos colegas amañados
que te dejaban solo en el campo de batalla, tratar diario con el hambre, la
enfermedad y la ignorancia del pueblo… y al igual que aquellos jóvenes forzados
a combatir, aplicamos lo que sabíamos, como podíamos y con lo que había…
Mientras, gran cantidad de los
reportes mensuales se llenan con falsas metas cumplidas, con cifras maquilladas
y números arreglados para que cuadren…
Y claro… así se obtienen muchas
victorias… solo en el papel…
No hay comentarios:
Publicar un comentario